jueves, 20 de enero de 2011

Escándalo en Congregación de las “Hijas de María Inmaculada y Corredentora”, de San Juan de Lurigancho
  Ex monja dice que Madre Superiora le quitó a su bebé nacido en convento
Denuncia de supuesto tráfico de niños a Carmen Aguilar Sullón, de quien dijo convive con el padre fundador  de la congregación Bernabé Terreros.  
El Vaticano tuvo conocimiento del caso
Una ex monja de la Congregación de las “Hijas de María Inmaculada y Corredentora”, de San Juan de Lurigancho, denunció haber sido víctima de una mafia dedicada al tráfico de niños al interior de esta institución religiosa, que le arrebató al bebé que dio a luz producto de una relación amorosa con un seminarista en el 2004.
Quedó embarazada de un aspirante a religioso cuando tenía 26 años y él, 17.
En el informe difundido ayer en ATV Noticias, Flor Navarro Mendoza (34) contó que tras quedar embarazada en el 2004 del aspirante a sacerdote Ronal Frías Araujo (25) -a quien conoció cuando este tenía 17 años en la granja de la congregación en Puente Piedra-, la madre superiora, identificada como Carmen Aguilar Sullón (50), la encerró para evitar el escándalo, aduciendo que “estaba con lepra”.
“Estaba encerrada en una habitación, sin hablar, sin reír. Decía, “ese hijo no lo vas a tener” y una hermana me advirtió: “Cuídate, porque la hermana quiere aventarte de las escaleras para que pierdas el niño””, recordó llorando.
Dijo que luego de dar a luz, la madre superiora le arrebató a su bebé. “Tenía a mi hijo en brazos en una capilla y ella me lo arranchó y se lo llevó”, recordó.
RENUNCIÓ
Tras renunciar a sus votos y dejar la congregación, Flor denunció el hecho a la Diócesis de Chosica, acusación que llegó al Vaticano, que dispuso se devolviera al menor, que se encontraba bajo el cuidado del hermano de un sacerdote. Así, Flor recuperó a su hijo.
Mientras la hermana Carmen Aguilar aseguró que la ex religiosa había aceptado dar en adopción a su hijo, su abogado Gustavo Campos negó que la religiosa esté involucrada en tráfico de menores.
Pese a esto, Flor aseguró que hay otros casos de religiosas que fueron obligadas a entregar a los hijos que tuvieron en la congregación.
En tanto, el seminarista -padre del niño- perdió la vida el pasado 9 de enero en un accidente de tránsito en Tarapoto.